¿Qué se recomienda? | ¿Qué no se recomienda? |
Fomentar la integración: Se recomienda promover estrategias de gestión de conflictos que impliquen empatía. La integración, caracterizada por la colaboración y la búsqueda de soluciones mutuas, es ideal para abordar problemas complejos en el aula. Desarrollar habilidades emocionales: Dada la influencia positiva de la inteligencia emocional en la elección de estrategias de gestión de conflictos, se sugiere fomentar el desarrollo de habilidades emocionales en los docentes. Los educadores con niveles más altos de inteligencia emocional tienden a utilizar estrategias más integradas y comprometidas, contribuyendo a un manejo más efectivo de los conflictos. Considerar el conflicto como oportunidad: A pesar de que el conflicto no sea funcional para las relaciones humanas, puede representar una oportunidad para el desarrollo y mejora de habilidades para la resolución de situaciones a través de la reflexión crítica, el crecimiento personal, interpersonal y grupal. Explorar la resolución colaborativa: En este caso, tanto docentes como estudiantes colaboran para encontrar soluciones constructivas. Esto puede contribuir a la creación de un ambiente saludable y mejorar las relaciones interpersonales. | Evitar el conflicto: No se recomienda adoptar la estrategia de evitar conflictos, ya que esto puede llevar a la negación de la existencia de problemas y al uso de actitudes evasivas. En lugar de ello, se sugiere abordar los conflictos de manera proactiva para evitar la acumulación de tensiones. Recurrir a la dominación: Evitar la adopción de estrategias que implican una gran preocupación por uno mismo y una baja preocupación por los demás, como la estrategia de dominar. El uso de poder verbal y perseverancia puede generar un ambiente tenso y afectar negativamente la relación entre docentes y estudiantes. Depender exclusivamente de estrategias complacientes: No se recomienda depender exclusivamente de estrategias donde la cooperación es alta, pero la asertividad es baja. Esto puede llevar a una posición de sumisión ante los conflictos en el aula, sin abordar de manera efectiva los problemas subyacentes. Ignorar la influencia de la inteligencia emocional: Dada la evidencia de la relación entre la inteligencia emocional de los docentes y sus estrategias de gestión de conflictos, no se recomienda ignorar la importancia de desarrollar habilidades emocionales como parte integral del desarrollo profesional docente. Ignorar esta variable podría limitar la efectividad en la gestión de situaciones conflictivas. |