¿Qué es el rapport?
En el contexto educativo, el "rapport" se refiere a la relación positiva y a la conexión que un profesor establece con sus estudiantes. Una buena relación en el aula puede mejorar la participación de los estudiantes, fomentar un ambiente de aprendizaje positivo y facilitar la comunicación efectiva. Esta relación es mediada por el trabajo que hace tanto el profesor, como los estudiantes, con el propósito de que estos alcancen los resultados de aprendizaje esperados. En línea con lo anterior, Malott, Hall, Sheely-Moore, Krell y Cardaciotto (2014, citados en Ratliff, 2018), señalan que la construcción de rapport y el desarrollo de una relación de trabajo positiva con los estudiantes son componentes esenciales para crear un clima en el aula propicio para el aprendizaje. Desde Dyrenforth (2014) “...el rapport mejora numerosas áreas del aula; específicamente motivación, retroalimentación, aprendizaje de los estudiantes, comunicación y, no debe ignorarse, el bienestar del profesor” (p.2).
¿Cómo construir rapport en el ambiente de aprendizaje?
Existen numerosas vías para construir rapport en el aula de clase, incluido el comportamiento positivo del maestro (Wilson & Ryan, 2012); a partir de las investigaciones sobre el tema en educación superior, se identificaron, entre otras, las siguientes estrategias para profesores (Estepp y Roberts, 2015; Arghode, Wang, & Lathan, 2017, citados en Sybing, 2019):
- Fomentar una mayor interacción en la clase.
- De ser posible, relacionar las experiencias personales que los estudiantes quieran compartir, con los conceptos que se enseñan.
- Expresar proactivamente el respeto por los estudiantes.
- Atender a las perspectivas y preferencias de los estudiantes como medio para conectarse con ellos de una manera positiva.
Por su parte, Dyrenforth (2014) propone tres acciones clave para mejorar o tener una buena relación con los estudiantes:
Conoce a tus estudiantes
Antes de iniciar tus cursos, abre líneas de comunicación con tus estudiantes enviando un correo electrónico de bienvenida con información general, junto con el programa y alguna lectura que consideres pertinente.
El primer día con sus alumnos es un evento importante para que la relación comience de la mejor manera. Tu propia tarea implica aprender sus nombres y alguna información general. La forma más fácil de empezar a formar una relación con tus alumnos es aprender sus nombres (Duffy y Jones, 1995; citado en Dyrenforth, 2014). Si es posible, antes de la primera clase, dedica tiempo a revisar la lista de tu clase con la fotografía respectiva de cada estudiante.
Trata de descubrir qué estudiantes hacen parte de los equipos deportivos o artísticos de la universidad, algunos de sus gustos o intereses. Para ello, puedes crear un foro de presentación. El objetivo de esta preparación no es sorprender a tus alumnos, sino demostrar que te preocupas genuinamente por quiénes son y qué hacen.
Ahora que conoces a tus estudiantes, asegúrate de que ellos sepan acerca de ti. “Ser un miembro misterioso del mundo académico que usa suéteres puede ser tu objetivo, pero al proporcionar parte de tu información personal (ciudad natal, años en la universidad, formación, intereses, pasatiempos, etc.), te estás humanizando ante sus ojos”. (Dyrenforth, 2014; p.5).
Involucra a tus estudiantes
Aprovecha cada oportunidad para involucrar a tus estudiantes, tanto en el ámbito académico, como en asuntos más cotidianos. Lowman (1995) sugiere llegar a clase entre cinco y diez minutos antes. Esto te da tiempo para conversar informalmente con tus estudiantes o para que se acerquen a ti para darte a conocer sus inquietudes (Lowman, 1995; citado en Dyrenforth, 2014).
Aprovecha las oportunidades fuera de clase para desarrollar aún más la relación con tus estudiantes. Todas tus acciones para mostrar tu interés en ellos como individuos ayudará a promover la simpatía (Lowman, 1995; citado en Dyrenforth, 2014). Estas interacciones fuera de la clase pueden ocurrir en cualquier lugar: brindando asesorías en tu sala u oficina, a través de comunicación por correo electrónico, incluso asistiendo a los eventos deportivos o artísticos de tus estudiantes.
Si le entregas a los estudiantes un horario de asesorías o atención fuera del aula, procura cumplirlo y estar presente en el lugar (oficina, salón, sala de profesores) durante las franjas horarias señaladas. Si bien es normal que aproveches el tiempo cuando estés a la espera de algún estudiante, considera no molestarte si alguien llega a buscarte; procura que el estudiante se sienta bienvenido mediante una actitud positiva, buen contacto visual y un ambiente confortable.
Ve más lejos
Cualquier cosa que puedas hacer para mostrar interés en tus estudiantes como individuos ayuda a establecer una buena relación (Lowman, 1995; citado en Dyrenforth, 2014). Asiste al evento deportivo o artísticos donde participen tus estudiantes o a alguna presentación de proyectos de otras asignaturas. Recuerda que esto sólo funciona si muestras un interés real y genuino en tus estudiantes.